PREOCUPACIÓN POR EL ESTADO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CHILE

LA RELATORÍA ESPECIAL PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE LA CIDH PRESENTA
OBSERVACIONES PRELIMINARES TRAS VISITA A CHILE
Julio, 2016



ELIA Y LUCHO - Mas Sabe el Diablo Por... - Color Humano

ELIA AQUINO Y LUIS HENRIQUEZ

Supimos de la Radio Comunitaria Los Placeres, porque Luis era profesor en la Escuela Cereceda, en el cerro Recreo, y era colega de Patricio Contreras.  Pato conversaba acerca de la Radio y un día nos invitó a una Peña, a una actividad. Y nosotros fuimos

Lo pasamos superbien, era entretenido el ambiente y todo era muy simpático. Esto fue como en el año 98. De ahí nos invitó a participar en la Radio, y nos gustó la idea; el objetivo de la Radio Comunitaria, los programas insertos en la comunidad del cerro, nos gustó, porque nosotros vivíamos en el Cerro Placeres, además. Pero no sabíamos muy bien qué podíamos hacer, pero con Felipe Montalva comenzamos a hacer cuñas. Hicimos las cuñas contra la homofobia, contra el maltrato a la mujer, la discriminación de los ancianos, etc., También hicimos las cuñas para el inicio y para el cierre de las transmisiones.

CRISTIAN ZUÑIGA - Bazar Infierno, Ruleta Rusa, Chile Infierno, Noticiario, Telepón, Caballo Inglés.

Soy Cristian Zúñiga y conocí la Radio Placeres, por ahí por el año 98. Para mí Radio
Placeres constituyó un espacio creativo y desde donde se podían construir relatos salvajes.  Las Escuelas de Periodismo aprendieron mucho, fue una Escuela para muchos.

En términos de trabajo político, nunca fue fácil, pues los relatos salvajes y creativos suelen no cuadrarse con uniformes discursivos , ni de posturas políticamente correctas, por más contra culturales o “humanas” que estas parezcan.  De hecho en el tiempo que estuve en la radio, nunca se logró establecer un trabajo territorial de carácter popular, pues el populus nunca comulgaría con nuestra pulsión libertaria y cada vez que nos esforzábamos por caerle bien al populus, terminábamos en imposturas cínicas y era patético. Tan patético como fingir onomatopeyas para quedar bien con el vecino de la esquina, sin ser vecino de la esquina. Y es que lo mejor que hacíamos, era cuando nos aplicábamos para generar programas radiales de buena factura creativa, sonora y de contenidos. Era entonces que la audiencia sentía el aporte, pues seducíamos desde el pensamiento y la estética radial contra cultura cartucha y mediocre de la radiofonía de ese tiempo.

La verdad es que nunca pensé que la Radio Placeres  podría llegar a convocar guerrillas en quebradas o  cerros, ni menos convocar al derrumbe del modelo desde prédicas radiales anti neoliberalismo.  Siento que el gran aporte de la Placeres de la época donde me tocó participar,  fue saberse en convivencia irónica con la derrota mayor del proyecto de izquierda del siglo XX, como esas banderas soviéticas que aún flamean en barrios abandonados de Kazajistán.