Soy
Cristian Zúñiga y conocí la Radio Placeres, por ahí por el año 98. Para
mí Radio
Placeres constituyó un espacio creativo y desde donde se podían
construir relatos salvajes. Las Escuelas
de Periodismo aprendieron mucho, fue una Escuela para muchos.
En
términos de trabajo político, nunca fue fácil, pues los relatos salvajes y
creativos suelen no cuadrarse con uniformes discursivos , ni de posturas
políticamente correctas, por más contra culturales o “humanas” que estas
parezcan. De hecho en el tiempo que
estuve en la radio, nunca se logró establecer un trabajo territorial de
carácter popular, pues el populus nunca comulgaría con nuestra pulsión
libertaria y cada vez que nos esforzábamos por caerle bien al populus,
terminábamos en imposturas cínicas y era patético. Tan patético como fingir
onomatopeyas para quedar bien con el vecino de la esquina, sin ser vecino de la
esquina. Y es
que lo mejor que hacíamos, era cuando nos aplicábamos para generar programas
radiales de buena factura creativa, sonora y de contenidos. Era entonces que la
audiencia sentía el aporte, pues seducíamos desde el pensamiento y la estética
radial contra cultura cartucha y mediocre de la radiofonía de ese tiempo.
La verdad
es que nunca pensé que la Radio Placeres
podría llegar a convocar guerrillas en quebradas o cerros, ni menos convocar al derrumbe del
modelo desde prédicas radiales anti neoliberalismo. Siento que el gran aporte de la Placeres de
la época donde me tocó participar, fue
saberse en convivencia irónica con la derrota mayor del proyecto de izquierda
del siglo XX, como esas banderas soviéticas que aún flamean en barrios
abandonados de Kazajistán.
Nos
decíamos “a la izquierda del dial” y solo una minoría en la emisora sabía o
creía en el manifiesto comunista. A ratos tenía la convicción que la izquierda
como concepto o refugio discursivo ( e improvisado) nos acomodaba para resumir
o vestir nuestras micro rebeliones subjetivas. Y eso no era malo, por el
contrario, fue un granito significativo que esta emisora aportó en pos de los
cambios culturales del Chile actual.
Cuando conocí la Placeres, yo tenía una banda de
rock…. Siempre he tenido una banda de rock, desde los 14 años. Entonces, eran
muy pocos los espacios que difundían música emergente o de tarro, que era la
que hacíamos nosotros. Siempre he sido radioaficionado, escuchando programas de
futbol, y por casualidad un día sintonizo un programa “Stereo Chile” que era un
programa que hacía Felipe Montalva en ese tiempo en la Radio Placeres, con
Lucho Oveja y con otra persona. Me
fascinaba escuchar ese programa los domingos en la tarde, y como tenía ese
grupo de rock, un día me contacté con Montalva y como un mes más tarde recibí
un llamado y fuimos con mi grupo para ser entrevistados.
Ahí conocí la Radio y me fascinó; la encontré
increíble y me dije que yo tenía que tener
un programa de radio ahí. En ese
tiempo yo estaba estudiando algo relacionado con cine, y llegué con una
propuesta donde Montalva, quien me dijo que se la tenía que presentar al
director de la Radio, que era Patricio Contreras. Revisaron la propuesta, le
dieron un par de vueltas y me dieron el respectivo “sermón ideológico” que en
ese tiempo se daba, Patricio contextualizando qué era la Radio donde iba a
trabajar, de dónde provenía, cuál era la línea editorial y así fue como comencé
a hacer mi primer programa radial, llamado “Bazar Infierno”, el año 1998. Lo
cierto es que ese programa se constituyó
en un programa de conversación, de debate, y así fue como comencé a hacer
radio. En ese tiempo estaba Harold Vásquez, con su “Onda Libertaria”, estaba el
Pato Contreras, Lucho Parraguez, la Eliana, etc., y era un ambiente que me
llamó la atención porque lo que ocurría allí, en ese Club Deportivo Los
Placeres, era no sólo hacer radio, sino que era un espacio de encuentro y de
conversación de todos estos personajes y otros más.
Entonces, en ese salón se juntaban los anarkos, que
eran varios, como anarkos libertarios, otros “comunistas” como les decía yo,
los anarkos anarkos, entremedio los trotzkos con el Víctor Ojeda, el Patolín…También
estaban el Esteban, el Tamayo, etc., y lo que ocurría en esas Asambleas es algo
que nunca voy a olvidar, porque al final era un debate de ideas, pero era como
una cápsula perdida en el tiempo, porque nadie entendía, si entraba de afuera,
lo que estábamos debatiendo, entre Trostky , Bakunin y otros. Había
conversación ideológica y a veces, desde un problema doméstico, casero, como
cuidar el uso del teléfono, en la radio se transformaba en un problema
ideológico. Entonces yo creo de verdad que eso fue una escuela, un aprendizaje
político enorme, y en ese tiempo yo creo que la Radio Placeres fue uno de los
pocos espacios de Chile, donde se produjo ese nivel de debate, y dónde además
se llevó a la práctica. Siempre asocio ese momento en la Radio Placeres, con la
película “La Estrategia del Caracol”.
Yo venía con un
gusto musical cultural, y llegué ahí donde claramente se me abrió una visión
política y donde el debate fue notable. El Pato siempre me pedía que lo
acompañara a reuniones, y una vez
después de una fiesta de la Radio donde lo pasamos increíble, los dueños del
Deportivo Placeres, que eran de derecha, eran democratacristianos, llamaron al
Pato y yo lo acompañé……. Y el gallo le dice: Mire Patricio, yo puedo aguantar que
ustedes sean rojos, incluso rojos de ideas medias extrañas, (eso era por los
anarkos), yo puedo aguantar que ustedes fumen marihuana, (porque en ese tiempo
no era tan habitual como ahora), y puedo aguantar que ustedes se alcoholicen y
me dejen la escala sucia, lo puedo entender. Pero lo que ví ayer, de dos
señoritas atracando con un hombre, eso me superó. Y eso, ustedes en la Radio
Placeres, lo llevan a la práctica……. Y eso era lo que se vivía, esa parte
libertaria en la que aplicaban el anarquismo con una mirada de un destape muy
interesante. El Pato Contreras era de la vertiente del MIR, más tradicional,
entonces fue muy entretenido. Todo eso fue un aprendizaje enorme. Así fue como
conocí la Radio Placeres y así fue como me inserté en la Radio.
Yo hice “Bazar Infierno” durante mucho tiempo, y ese
programa llegó a escucharlo gente que estaba en prisión. Y la gente de la
prisión escuchó “Bazar Infierno” y “Adoquín de Papel” que era un programa
literario poético, que hacían Daniela Misle con la Lay Jan. Y a partir de estas
escuchas que ellos hacían de nuestro programa, se dio una relación muy potente,
con talleres. Pero también me tocaba con Daniela y Lay Jan ir a meter y sacar
casettes donde los reos realizaban un programa de radio, que se llamó “Limpiando
Vidrios”, que dirigía el Choche Saavedra, que ahora está en Tarapacá. Eso duró
como dos o tres años.
Mientras hacía “Bazar Infierno”, fui asumiendo otras
responsabilidades al interior de la Radio, que coincidió con que congelé mis
estudios en la UPLA. Corría el año 2000 y nos tuvimos que cambiar a una casa, que también estaba al
frente de la Plaza del cerro, una casa increíble, que era el Centro Cultural
Arauco, con talleres de serigrafía, de fotografía, teníamos un estudio de
grabación “El Atiko”, donde grabaron más de 200 músicos, un patrimonio musical
increíble, tuvimos huertos orgánicos, un Pre-Universitario y una Escuela donde
se sacaba el tercer y cuarto medio. Ahí la Radio tuvo un movimiento potente,
pero también se produjo un debate respecto a cual era el rol de la Radio, si
era como se estaba haciendo, un rol más comunitario, más de trabajo de base,
con organizaciones del Cerro Placeres esencialmente, o era un medio de
comunicación. Y ahí hubo un choque respecto a miradas, pero esencialmente primó
lo económico, porque estábamos cancelando un arriendo enorme y no se podía
seguir en ese ritmo. Era una casa inmensa, donde teníamos que juntar –en ese
tiempo, principios década del 2000- como 300 lucas mensuales.
Cierto que hacíamos muchas cosas y la verdad es que
los que sostenían ese espacio, -y es la
historia de la Radio Placeres,- eran estudiantes mayoritariamente y estudiantes
que venían de paso muchas veces. Muchos comenzaron a tomarse en serio sus
tesis, otros comenzaron a buscar trabajo, entonces nos quedamos unos pocos,
sosteniendo un arriendo altísimo, los talleres claramente no daban plata,
entonces ahí vino un momento difícil, tanto que con Pato Contreras y los que
quedábamos, tomamos la dura decisión de bajar las transmisiones. De ese momento, lo recuerdo perfectamente, un
momento que me quedó grabado en mi vida, cuando con Harold Vásquez, con Leslie
Abarca, dijimos a través de los micrófonos “Aquí baja sus transmisiones Radio
Comunitaria Los Placeres”. Hubo llanto…En ese tiempo hacíamos un programa que
se llamaba “Chile Infierno”, y bajamos la transmisión un domingo en la noche,
deprimente total.
Pero ahí, sacando esa pachorra que sale de no sé
donde, de puro porteño nomás, me dije, no esta Radio se va a parar, se va a
parar de nuevo. Y pasó un año, un año completo donde nos reuníamos con Pato
Contreras, con el Arica ( Rodrigo Acuña ), que había entrado al último en la
etapa anterior, y nos reuníamos a veces en el Caruso, que era un bar de
Cumming. También con el Pancho Caro, recuerdo, y durante todo un año nos reunimos para pensar
cómo íbamos a hacer la Radio Placeres de nuevo. Y al final de ese año, el año
2003, Pato Contreras nos dice que había hecho todo eso, porque quería saber si
podía confiar en que podía pasar el transmisor.
Ahí viene la otra etapa de la Radio, donde tuvimos que
vender la mesa del estudio de grabación “El Atiko”, a María José Barba, que en
buena hora la compró, porque con esa plata llegamos a golpear la puerta del
Teatro Mauri. En un primer momento
Andrés Carramiñana nos cerró la puerta en las narices, pero después hubo
algunas conversas, ya que la Eliana conocía al papá, y entonces aceptó. Y ahí, al grupito que estaba en esto, el Arica, el
Richard Muñoz, que se había agregado y yo, el Carramiñana nos pasó una bodega
llena de basura, pero basura bonita porque eran puras reliquias del Teatro
Mauri. Estuvimos un verano completo limpiando y haciendo la pega con un maestro
que nos ayudó. Luego paramos la radio de una manera muy básica; levantamos la
antena con la de la Radio Ritoque, en ese tiempo Radio Atracción, y así fue
como los tres comenzamos con las transmisiones, también con María José Barba. Y
ahí fue que comenzamos a reclutar gente, con personas que venían de la Radio
Comunitaria, y de otros lados. Recuerdo cómo llegó Divach a la Radio; iba
pasando por la Plaza Victoria y Divach estaba vendiendo Rocinantes y Punto
Final antiguos, y le conté que estábamos de nuevo con la Placeres, que la
escuchara, que fuera a vernos. Divach no la escuchó y se fue a meter al tiro;
lo invitamos a participar y se integró al momento. Llegó Ana Lazo también, gente que estaba de antes, la Leslie, la Natalia
que era control, y le dimos entonces, para sacar la radio adelante, a puro
pulso, a puro ñeque.
Yo me voy el año 2009, y me fui a trabajar con Ricardo
Lagos Weber, aunque nunca he militado en partido político alguno, pero tuve una
amistad con él, me pareció entretenido conocer el mundo de las políticas que yo
criticaba desde la Placeres, y me pareció honesto decir que yo lo iba a hacer.
Lo que no me pareció honesto era haber estado apoyando un candidato, un político,
de un partido que en ese entonces fue el PPD, y haber seguido en la Radio
Placeres, ya que era hacerle un daño a la Radio. Pero creo que eso también me
lo busqué, porque en esa última etapa en la Radio, sentí que ya no correspondía
cierta idea de vida, con lo que estaba planteando la gente que venía llegando
en ese momento a la Radio. Entonces me sentía como un poco incómodo, no honesto
con lo que yo creía y sentía de la vida, respecto a lo que salía desde esos
micrófonos.
Me pareció entonces que yo ya había cumplido un ciclo,
y que no iba a ser positivo dentro de la radio, tensionando ciertos discursos,
generando conflictos que no le iban a hacer bien a la Placeres. Y lo otro que
también me preocupó, es que mi imagen y la Placeres era como que se habían
aferrado, como ocurrió en su momento con el Pato Contreras, también con
Montalva,….. porque pasé a ser como la cara visible de la Placeres, y eso no
era bueno, ni para mí ni para la Radio.
Soy un tipo que cree que la vida es dinámica, respeto
a los que piensan otra cosa, pero me dí cuenta que no se podía seguir con esa
situación. Me dio pena, mucha pena, pero sentí que tenía que dar un paso al
costado. Para mí la radio era uno de mis
motivos de vida, fueron 10 años con la Placeres, con mucho tiempo dedicado a
ella, caminando desde Barón hasta la Radio, porque no tenía plata para la
micro….. la misma situación que Arica. Y hubo compañeros de la Radio, como el
Lucho Henríquez y la Elia su compañera, la pareja de profesores que me pasaban
10 luquitas al mes para la movilización; Pancho Caro también lo hizo, porque yo
trabajaba todo el día en la Radio, no tenía ni un peso. Pero fueron 10 años en
la Radio que, con mucha gente la levantamos, la seguimos, pero en la balanza de
la felicidad, están como los más felices de mi vida. En ese sentido, no me van
a poder decir que se hacen cosas como estas, por las lucas.
La Radio se afirma como colectivo, cuando no tenía plata y tenía diversidad. Yo creo
que la diversidad es clave, porque te otorga debate en un país donde el debate
se ha perdido, porque todos se creen dueños de la verdad. Recuerdo que en la Radio Placeres antigua,
había una comprensión, una mirada ideológica diversa, con gente que sabía
debatir, entrar en diálogo.
Y no puedo dejar de mencionar las fiestas que hicimos
con la Placeres, las del Club Deportivo eran increíbles, tocatas notables. Y en el Teatro Mauri
comenzaron las fiestas que fueron notables, porque ahí la Radio Placeres
comenzó a mezclar su discurso contestatario, con el placer. Yo siempre decía
que la Radio Placeres significa Placer…. Y el Placer es el motor de la
existencia. Entonces hay que sacarle lustre a eso y el placer es el erotismo,
el placer también es el baile. En ese tiempo tuvimos una cercanía con la
ciudadanía desde el placer. E invitábamos a la ciudadanía a venir a las fiestas
desde el placer, decíamos: - La Radio Placeres es el único lugar donde si tú
vienes solo, tienes muchas posibilidades
de salir acompañado- . Y ese gancho fue notable.
Para mí hablar de la Radio Placeres con alguien de la
Placeres, es muy fuerte. Hace muchísimo tiempo que no hacía esto, aparte de
conversar algunas cosas alrededor de una cerveza; lo que pasa es que fueron
muchos momentos, muchísimos momentos, son muchas historias, demasiadas historias
con la Radio.
Hay algo que quiero contar de todos modos: Después de
muchos años, Sergio Buschmann llegaba al “Ranchito” de la Parroquia Los
Placeres, con la obra de teatro “La Cicatriz”. Estaba llena de público y
pensamos que era una oportunidad para recaudar fondos para la radio, y además
había que pagarle a Buschmann. Y después venía una tocata acústica de Ocho
Bolas y el Macha de la Floripondio. Y ya al mediodía de esa jornada, llegaron
Fuerzas Especiales alrededor;….. claro habíamos pegado carteles con la frase
Sergio Buschmann Vuelve…. Comenzó la
obra, todo bien y luego Ocho Bolas comenzó a tocar acústico, y se asoman los
pacos y alguien le tira un sillazo a un paco y queda la cagá….. Recuerdo al
Macha y a los de la Radio Placeres, arrancando con las jabas de cerveza, desde
la Parroquia hacia arriba al local de la Radio. También en el Teatro Mauri,
tantos personajes que pasaron…entrevistamos también a políticos en ese tiempo.
Yo creo que en la contracultura porteña, la Radio Placeres ha aportado y sigue
aportando muchísimo a eso.
La Radio Placeres es el espacio, es el imán de locos.
Es un imán de locos, es el lugar donde se cobijan todos estos locos lindos que
llegan a Valparaíso, a la Radio, pensando en un mundo distinto, pensando en una
contracultura. La Radio Placeres es el espacio donde las personas, desde
Valparaíso, tienen una mirada de mundo distinta.
En la Radio Placeres se han juntado soledades,
auditores fieles hasta lo peligroso, fiestas interminables, manifiestos
pulsionales y canciones extravagantes que emitían sin presión alguna. Si me
preguntan que significó para mí la Radio Placeres, puedo decir que la
amplificación de un puñado de mentes y corazones hermosamente raros, que se
conectaban en pos de un atractivo viaje arriba de un barco ebrio.
Junio de 2016
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