IVAN ARAYA - Las Manos del Día - Encima ‘e la Rayá

Mi nombre es Iván Gonzalo Araya, y soy porteño. Conocí la Radio Placeres de “viejón”, porque cuando llegó un amigo con el que vivíamos, Richard Muñoz, él me dijo que estaban parando una radio nuevamente, la Radio Placeres, de la cual nunca había oído hablar…. Te estoy hablando fines 2003, 2004….. y necesitamos llenarla con programas. Yo trabajaba en ese tiempo en el Centro Cultural Los Lecheros, él me invitó para ver si el Centro se animaba a hacer un programa.

 A mí me tincó mucho la idea, pero al Centro no le gustó la idea. No estaban preparados para hacer pública su ideología, pero con un amigo, el Alexis Durán Huerta, quedamos prendidos con la idea. La radio para nosotros, era una herramienta poderosa, pero no se nos ocurría qué hacer. Hasta que al final nos decidimos y entonces se nos ocurrió hacer un programa donde invitáramos a gente que estuviera organizada, sindicatos, organizaciones sociales, y al Alex se le ocurrió ponerle “Las Manos del Día” que, me parece, lo extrajo de un poema de Neruda.

Así que comenzamos con “Las Manos del Día” y era un programa superentretenido, para mí por lo menos, lo pasamos superbien. Daba harto trabajo eso sí, porque como todos los programas de la radio, había que hacer una producción, para sacarlo al aire la otra semana, y la producción para el nuevo y no para…. Llevamos a profesores, a la Fenats, a los Furiosos Ciclistas,  a gente de la Perrera, al Sindicato de Suplementeros, a los empleados municipales, un sinfín de gente, estudiantes, secundarios, universitarios, todas las semanas. A veces trato de recordar y siempre recuerdo alguien distintos que llevamos, porque fue tanta gente que llevamos que fue increíble, un crecimiento maravilloso. La idea era que la gente nos contara sus falencias, sus objetivos, sus requerimientos, su conflicto, porque como buenas organizaciones, todo el tiempo en conflicto. Ese programa estuvo bien entretenido, hasta que la vida llevó al Alex a cambiarse de ciudad, se fue a Santiago y a la larga me dejó solo. Porque al principio el Alex hacía algo muy lindo, que se venía de Santiago el martes, hacíamos el programa y se iba, dejándome a mí la producción. A lo único que venía a Valparaíso, era a la Radio Placeres. Pero al final no pudo seguir ese ritmo de vida, así es que decidimos cortarlo. Yo no pude seguir solo, porque realmente era mucha producción. Había que moverse para ubicar los invitados, preparar el programa, que era todos los martes, y no pude. Así es que el programa terminó

Y quedé ahí, con el amor bullente por la radio, no quería dejar de hacer algo. Así es que me mantuve ahí haciendo producción de cuñas, por ejemplo, hasta que se me alumbró la ampolleta nuevamente.

Yo soy futbolero y era del club San Bernardo, del Cerro O’Higgins, así es que se me ocurrió que podía llevar mi club a la Radio. Le pregunté entonces a los viejos si tenían algún problema en que yo hiciera un programa en la Placeres acerca del San Bernardo y estuvieron felices con la idea. Así es que así comencé el programa “Encima ‘e la rayá”, que era un programa de futbol amateur, pero con mi intención que era partir hablando de futbol, y terminar hablando de otras cosas más importantes que el futbol. El programa, aparte que me permitía hablar de futbol, era casi una excusa para hablar y sacar temas contingentes, sociales, sin perder de vista el tema del programa. Hablámos de futbol, llevaba árbitros, entrevistaba gente de distintos clubes, distintas asociaciones pero toda amateur, absolutamente amateur. Esa era la línea.

Le hacíamos publicidad a los platos bailables de los clubes, a las completadas, a las rifas, dábamos los resultados del futbol, las próximas fechas, entrevistaba jugadores,… recuerdo una vez que llamó un amigo desde Londres, que era un sanbernardino, escuchaba el programa, se logró comunicar conmigo al teléfono de la radio. Fue una conversación bien emotiva, imagínate, llamando desde Londres a la Radio Placeres, que estábamos ahí en el sucucho del Teatro Mauri, saliendo al aire para todo Valparaíso….. fue superemotivo, superlindo, y eso a uno le daba mucha fuerza, mucha energía para seguir en lo que estábamos haciendo.

Así es que con ese programa “Encima e’ la rayá” estuve harto tiempo trabajando, hasta que con la represión, la radio se tuvo que ir del Teatro Mauri. Desgraciadamente no pude habituarme a como tuvo que seguir transmitiendo la radio, a los estudios satélites, clandestinos por la situación que se vivía. Para mí, la radio tiene que ser puertas abiertas y no se podía, por lo que no me pude habituar y no seguí haciendo el programa. De hecho, una vez que hubo un atisbo de represión, y tuvimos que llevar los equipos a la casa de una compañera, que fue momentáneo y volvimos a la sede que era en el Teatro Mauri. Pero después, ese sistema de tener que esconderse, no lo compartía en realidad. Yo apoyaba y todo eso, pero no me daba para estar ocultándome para hacer algo que yo encontraba que no estaba mal, que era bueno hacerlo. Pero para la ley estábamos haciendo cosas indebidas….

Mi pasada por la Radio Placeres fue tremendamente valiosa, porque desde esos momentos radiales, tengo muchas y valiosas amistades, quiero mucho a la gente que sigue en la radio y que es de esos tiempos, siento también que me quieren mucho. Mucha amistad también con gente que ya no está, como el Richard, Arica, Aldo Tapia, Juan Danilo, la Natalia, tanta gente…… pero de todos modos la Radio Placeres está ahí, sigo apoyando, aunque sea comprando números de rifa, y un aprendizaje tremendo que me dejó la Placeres.

Y refiriéndome al día que llegó la PDI con la represión a la Radio, fue muy interesante porque, sin querer, fui protagonista de esa situación. Que si no hubiera sido por el eterno problema de las llaves, hubieran podido entrar a la radio, porque yo hubiera estado transmitiendo mi programa. El problema era que el día anterior se había echado a perder el candado y lo habían cambiado. Yo llego a hacer mi programa como todas las semanas, y la llave que yo tenía no funcionó;  llamé a la Sandra, y ella me dijo que me llevaba la nueva llave. Salgo hacia la Avda. Alemania y en eso me llama el Richard, y me dice que tenga cuidado que andan los ratis. En esos momentos ya habían llegado y yo estaba casi al lado del auto de Investigaciones, mientras él me decía eso. Y yo “ Ah, ya…….si los veo, aquí estamos, todo bien, ya……yo te voy a tener informado”… Me dice que tenga cuidado, que no abra la puerta…. Y los ratis casi al lado mío, comiéndose unas empanadas, esperando que cayera el primero…. En ese tiempo, una puerta antes de la radio, había un Internet. Así es que me hice el leso y entre al local del Internet. Los ratis entraron también al Internet, preguntando si alguien sabía donde había una radio por ahí. El tipo del local, que nos conocía, también dijo que no sabía nada, nadie sabe nada….Ahí ya comencé a preocuparme más, porque la cosa se venía seria de verdad. El miedo que siempre habíamos tenido que nos vinieran a quitar los equipos, estaba ahí en concreto. Ese era el momento.

Así es que me voy para afuera y los ratis me preguntan si yo sé donde queda la Radio Placeres. Ahí les dije que yo no era de ahí y chao, partí a esperar a la Sandra. Y ahí se quedaron los ratis. Ahí nos movimos un poco más allá, y comienza a llegar la gente de la Radio, el Dihablo, el Richard, y otros. Y pensar en qué hacer…… siempre hablamos que este momento podía llegar, pero nunca nos habíamos preparado bien, siempre mirando todo relajadamente como somos los radiales. Menos mal que no llegaron cuando estaba adentro, porque como te decía, radio de puertas abiertas, al que golpeaba le abríamos la puerta. Y me hubiera encontrado frente a frente con los ratis. Y ahí no solamente me hubieran llevado, se hubieran llevado los equipos que era lo importante, y hubiera quedado la mansa escoba. Porque yo hubiera salido a lo mejor ese mismo día, pero los equipos no los recuperamos más.

Yo vivía un poco más lejos de la Radio y para allá partimos con los equipos más importantes de ese tiempo; mi casa llena de gente tratando de que ningún tipo raro se acercara, y cachando que no vinieran a buscar los equipos. Porque los equipos se sacan esa noche; nos juntamos en la plaza al lado de la Sebastiana, y ahí decidimos rescatar los equipos en una operación flash, .saliendo no por la puerta que daba a la radio, sino que por delante del Teatro Mauri. Ahora se puede recordar ese momento, en que tratamos de hacerlo piola, pero ese sector era superiluminado, pero la tuvimos que hacer igual.

Y las transmisiones no se bajaron.  Porque igual nos ingeniamos para que un compañero hizo un CD, que era con lo que se trabajaba en ese tiempo, con una lista enorme con cuñas, y se pasaba ese disco pegado todo el día. Además con unas cuñas que se hicieron, informando a la gente lo que estaba sucediendo. Que estábamos en alerta, porque estábamos siendo perseguidos, ya era oficial que había una orden contra la Placeres, de allanamiento y para requisar los equipos.

Hacía como un año que había nacido la Maya, mi hija, que ahora tiene siete años, y recuerdo que la Maya que afortunadamente goza de buena salud,  nunca había vomitado. Pero ese día, cuando llegaron todos, tuvo una tremenda vomitada. Pensamos que le habíamos dado algo que le había hecho mal, pero no. Pienso que ella, como bebé, captó toda la tensión que teniamos, de lo que había pasado, que iba a ocurrir luego, cómo fue que llegaron, todas esas dudas, esas tensiones, la Maya percibió todo y canalizó nomás.
Después de eso, hubo como un silencio y luego, tranquilicémonos que hay una bebé por acá. Así es que también mi hija sufrió los estragos de la represión de ese momento.

Bueno, todo ese pasado, lamentablemente es  un eterno presente para la Placeres, tener que andar con cuidado con la ley, cuando efectivamente –insisto-  podrán tener muchas leyes, mucha reglamentación, pero lo que hacen las radios comunitarias no es un delito, para nada. Al contrario, es un aporte.

Vemos lo que sucedió hace unos años en Venezuela, que el gobierno se sustento en los medios populares del país. Y por qué? Porque los medios populares tienen la línea directa con la comunidad, entonces saben de las necesidades, de sus luchas, y como no son comerciales, no le sacan ningún provecho a la comunidad. Al contrario, quieren entregarle beneficios, entregarle información, y eso es lo que hacen las radios comunitarias. Eso es lo que hace la Radio Placeres, que está al servicio de la comunidad literalmente. Y cuando hace una actividad, siempre los precios son módicos, nunca hay un afán de lucrar, más bien de obtener recursos para mantener la gestión  nomás. El valor de lo que hace la Radio Placeres, es tremendo. Entonces no pueden andar tratando de acallarla, por no ser comercial. Es un absurdo, porque la Radio es aporte.

Actualmente tengo la suerte de estar trabajando en una radio que es rural, que se llama “La Voz de Colliguay” que afortunadamente no tiene esos problemas, porque por ser rural no molestamos a nadie. Aunque no nos toca, igual el tema está y hemos sabido de los allanamientos a otras radios comunitarias en el país, que hacen lo mismo que hacemos nosotros. Desgraciadamente los legisladores, como siempre, volvemos al tema que legislan para algunos, para los que financian sus campañas y después legislan para ellos, para que vuelvan a financiar sus campañas y así se sigue…..

La radio y otras organizaciones, estamos tratando de quebrar esa vuelta de tuerca, para que se desmorone el naipe rápidamente. En algún momento vendrá el desmoronamiento, pero hay que tratar de estar preparados para ese momento, tener otra alternativa, y esa alternativa hay que ir preparándola. Es más lento de lo que se cree, pero fíjate que yo he visto hacer cambios, y eso me da esperanza. En esta localidad de Colliguay, yo veo los cabros chicos, que son distintos. Ese tema que hay que meterles la ecología, que hay que vivir sanamente, pero hay mucha tele, mucho electrónico….y en Colliguay no, todas las cosas importan. Acá, como es más rural, los cabros chicos son naturalmente ecológicos, no botan basura, recolectan la basura orgánica, entonces ese cambio, afortunadamente, lo estoy viendo. Veo a mi hija también, que son la semilla como dicen, que es la verdadera semilla que hay que ir cuidando, porque es delicada. Me da más tranquilidad, pero eso no quiere decir que hay que quedarse quieto. Hay que darle, volver a insistir, porque no hay otro camino. El otro camino es la violencia, pero ahí hay que tener huevos para pitearse algún huevón por ahí, y no es lo mío. Encuentro que tampoco sirve de mucho ir a tirarle piedras a un guanaco; hacer una marcha y llegar a la Avenida Francia y como todos los años, chocar con los pacos. Entonces, yo sigo este otro camino.

Enero 2016



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