Soy
vecino de la Radio Placeres, nací y crecí en este particular Cerro Placeres. En
mi peregrinaje por esta ciudad he ido de cerro en cerro, pero la constante es
que siempre termino aquí. Aquí está mi familia, mis amigos de la infancia, la
casa donde crecí, mis historias, en fin…..antes de ser chileno, antes de ser
porteño, soy placerino. Esa es mi denominación de origen y jamás la he negado.
Nací
en los 80' pero crecí en los 90'. Eran los tiempos en que la Radio Placeres
(RP) se llamaba Radio Comunitaria Los Placeres (RCLP). Eran los tiempos de
cuando la Radio estaba en la calle, cuando se tomaban la plaza y se adueñaban
de la cancha. Recuerdo cuando uno pasaba en la micro “Ona” y se veían colgados
en la plaza los lienzos de la radio, de los “Café Acracia” o de los
aniversarios.
Mi
primer acercamiento a la Placeres es como radioescucha. Eran los tiempos del
teléfono de casa, cuando la telefonía unía lugares y no sólo personas (como
pasa ahora con los celulares). Tiempos en que llamar a una radio local era
marcar a un número fijo y que te contestara una persona, no como ahora en que
hay que llamar a un numero 600 y esperar a que te conteste una grabación.
Cuando niño me era habitual llamar a las radios para pedir música, para
concursar o para opinar. Uno podía llamar a la radio Festival o a la radio
Carolina (que en ese tiempo estaba en Viña) o a la Radio Recreo o incluso a la
Portales, todas radios locales y totalmente accesibles. Pero llamar a la Radio
Comunitaria Los Placeres era otra cosa.
La Radio era un lugar que quedaba dentro del rango de acción en que se me permitía moverme a esa edad. No me quedaba cerca, pero estaba en el cerro, a no mas de 6 cuadras de mi casa, a menos de 10 minutos bajando y a no mas de 15 minutos subiendo. Mis abuelos lo sabían, mis padres lo sabían, mis hermanos lo sabían. Porque yo no la había descubierto ni mucho menos, llevaba años ahí, y aunque en la casa se escuchaba la Cooperativa, mas de alguna vez se había sintonizado “La Placeres”.
La Radio era un lugar que quedaba dentro del rango de acción en que se me permitía moverme a esa edad. No me quedaba cerca, pero estaba en el cerro, a no mas de 6 cuadras de mi casa, a menos de 10 minutos bajando y a no mas de 15 minutos subiendo. Mis abuelos lo sabían, mis padres lo sabían, mis hermanos lo sabían. Porque yo no la había descubierto ni mucho menos, llevaba años ahí, y aunque en la casa se escuchaba la Cooperativa, mas de alguna vez se había sintonizado “La Placeres”.
RCLP
no era cualquier radio, era la radio del cerro, de nuestro cerro. Eran nuestros
vecinos quienes hacían radio en ese lugar. Todo el mundo sabia lo que se hacia ahí, mas allá que no
estuviesen involucrados en el quehacer de la radio. Porque no estaba escondida.
Porque uno llamaba para pedir música o para concursar o para opinar sobre un
tema u otro y te contestaban, te sacaban al aire y te hacías parte de la radio.
El mejor recuerdo que tengo de la radio en esos años, era que sus puertas nunca
estaban cerradas.
Recuerdo
que la primera vez que me atreví a ir a la radio, fue cuando ésta se encontraba
en el Club Deportivo Los Placeres, gimnasio de 3 pisos -o más- que aún se
encuentra frente a la plaza. Me recuerdo asomado a una puerta y sin hacer ruido
mirar que es lo que hacían allí. También recuerdo haberme ganado el primer
disco de hiphoplogía en un concurso de la radio. La dinámica de esto era
simple. Uno llamaba, se contestaba una pregunta y si la respuesta era correcta
te ganabas el premio. No recuerdo el programa, sí recuerdo que la pregunta era
el nombre del robot que aparecía en el programa Pipiripao (Tongas). Contesté y
gané. Bajé, recogí mi premio, conocí la radio por dentro, y me fui feliz a la
casa.
Me
emociona rememorar esas imágenes, porque durante años, para mí, eso era la
radio.
Con
los años me fuí encontrando con gente que había pasado y se había formado en
las instalaciones de RCLP. Uno de estos personajes es mi compadre Rudy, quien
perilló durante un buen rato en la radio, ya en esos años haciéndole difusión
al Hardcore punk, en especial a la escena de Valparaíso. Otro de esos
personajes fue el Harold y su “Ondas Libertarias”, la pata radial de lo que
fuese la Feria de Cultura Libertaria que se instalaba los domingos en Pza.
O'Higgins.
De
una u otra forma siempre había un vínculo con la radio, pero no fue sino hasta
mucho tiempo después en donde tomé la decisión de entrar a sus filas. Esto fue
por ahí por el 2009. En ese tiempo yo estudiaba en la Universidad y con mi
amigo Marcelo teníamos muchas ganas de hacer un programa de radio. Queríamos
hacer un programa de música, pero en realidad seria un programa de rock.
Queríamos que abarcara las distintas épocas de este ritmo, pero también
temáticas relacionadas con otros estilos. En fin, no teníamos muy claro que
queríamos. Lo que sí teníamos claro era que queríamos hacer solo un programa de
música, no nos interesaba nada más que eso. Con esta idea fue que invitamos a
Rhayader, compañero de la Universidad y un entendido en esto del rock y armamos
un proyecto chamullento, que decía todo pero que no decía nada, con tal de que
en la radio nos aceptaran y después, estando adentro, improvisar.
El
famoso proyecto lo armamos un día viernes y el martes nos comunican que comenzábamos
el domingo siguiente. Ese mismo día teníamos que ir a grabar las cuñas a los
estudios de la radio, que en ese momento estaban a un lado del “Teatro Mauri”.
El programa se llamaba “Periplo Nocturno”.
Nosotros salíamos los domingos en la noche y le hacíamos la competencia
directa a “Tolerancia Cero”. Nos reíamos mucho, porque nuestro primer programa
fue un domingo 29 de Marzo, el Día del Joven Combatiente, y además coincidía
con un partido de la selección chilena. Nadie nos escuchó esa noche. Así se dió
inicio a un bonito proyecto que duró poco mas de dos años, al cual se nos unió
después de un tiempo el Sata en lo formal y un grupo muy grande de amigos y
amigas que nos ayudaba a montar el programa semana a semana.
Para
hacer “Periplo Nocturno” tuvimos que aprender de todo, desde como hablar hasta
radiocontrolar. La primera vez que salimos al aire nos radiocontroló el Dj Dihablo y después tuvimos que salir solos.
Todos controlamos, aunque fuese una vez, el programa, pero el radiocontrol
oficial de Periplo Nocturno fue Marcelo, alias “Jaque La Mota”.
El
programa salía los días Domingo desde las 21 hrs. Antes sonaba “El Mensaje de
las Estrellas”, programa sobre temas astrológicos que aprendimos a respetar y
querer en la medida que fuimos escuchándolo. Ese programa lo hacia el Ian, un
gran personaje que pasó por la radio. Una de las características que tenia
Periplo, era que teníamos horario de inicio pero no de término. Originalmente
debía durar una hora (de 21 a 22 hrs.) pero en la práctica esto nunca fue así.
Partimos de a poco, pasándonos de las 22:00 a las 22:30, pero rapidito nos
tomamos el dial hasta las 00:00. Básicamente, si alguien no nos decía que
paráramos, seguíamos de largo.
Como
contaba antes, cuando empezamos el programa solo queríamos hacer radio. No
queríamos participar de la radio como organización ni nada. De hecho tan solo
Rhayader iba a las reuniones. No nos interesaban las discusiones internas ni
como se debía financiar la radio, ni nada de eso. Ni siquiera conocíamos muy
bien a la gente. Íbamos a las fiestas y aportábamos hasta por ahí nomás. Eso
hasta el primer episodio con la Policía de Investigaciones (PDI). Yo lo
entiendo así: nosotros crecimos en un contexto en donde la represión era mas
sutil. No nos tocó vivir los años densos de la dictadura, y si la vivimos no
teníamos conciencia de aquello porque éramos unos bebés. No tuvimos compañeros
caídos, ni presos. Sabíamos que existían, pero no teníamos conciencia de cuan
cerca nuestra estaba. Puede ser super inocente, pero hasta que llegaron los
ratis al estudio del Teatro Mauri y hubo que arrancar, fue que dijimos chucha!
nos llegó la repre. De ahí todo cambió. Hubo que aprender mucho, conversar
mucho y hacerse cargo de distintas cosas. Como equipo entramos los cuatro
(Rhayader, Sata, Marcelo, y yo) a distintas comisiones de trabajo y nos hicimos
parte de la asamblea de la radio.
Esto
coincide también con la discusión que se estaba llevando a cabo en la radio
misma.
Hay que tener en cuenta de que se trataba de un grupo humano que venia trabajando hace algunos años, desde 2004 y más, un equipo muy afiatado, cabros y cabras que se conocían desde la universidad, que tenían un trabajo en base a la confianza y a las ganas de hacer cosas. O sea,en su mayoría eran gente de la Católica de Valpo.; entonces uno no entendía cómo periodistas de la Cato estaban haciendo radio acá, cuando podían estar perfectamente en puestos corporativos o en las áreas de prensa de medios regionales o nacionales (como muchos de sus compañeros de U) y, sin embargo, partieron a hacer radio a la Placeres. Yo les tengo mucho cariño y mucho respeto y también entiendo que se hayan negado en algún momento a abrir el espacio y haberse cerrado en esa especie de equipo directivo que llamaban “supra comisión”. Pero debido a la coyuntura, la repre llegando a los estudios, con amenazas directas a través de los medios de ese nefasto personaje que es Eugenio “Tiqui tiqui” Gonzáles, esa estructura no servía. No quedaba otra que diversificar.
Hay que tener en cuenta de que se trataba de un grupo humano que venia trabajando hace algunos años, desde 2004 y más, un equipo muy afiatado, cabros y cabras que se conocían desde la universidad, que tenían un trabajo en base a la confianza y a las ganas de hacer cosas. O sea,en su mayoría eran gente de la Católica de Valpo.; entonces uno no entendía cómo periodistas de la Cato estaban haciendo radio acá, cuando podían estar perfectamente en puestos corporativos o en las áreas de prensa de medios regionales o nacionales (como muchos de sus compañeros de U) y, sin embargo, partieron a hacer radio a la Placeres. Yo les tengo mucho cariño y mucho respeto y también entiendo que se hayan negado en algún momento a abrir el espacio y haberse cerrado en esa especie de equipo directivo que llamaban “supra comisión”. Pero debido a la coyuntura, la repre llegando a los estudios, con amenazas directas a través de los medios de ese nefasto personaje que es Eugenio “Tiqui tiqui” Gonzáles, esa estructura no servía. No quedaba otra que diversificar.
Hoy,
ya reposado el tema, uno puede decir que sobrereaccionamos. Pero en ese momento
no sabíamos qué iba a pasar y se corría el riesgo de que metieran preso a
alguien o que nos quitaran los equipos. No nos podíamos dar el lujo de perder a
un radiocontrol o a un técnico, así que era necesario tener más
radiocontroladores y más gente que supiera, aunque fuese de manera superficial,
las tareas técnicas. No quedaba otra que diversificar las pegas. Esa
experiencia nos transformó a todos. Tuvimos que aprender a ser técnicos, a ser
editores, todo lo que nos habíamos negado a hacer durante los meses anteriores.
La salida desde el Teatro Mauri fue un hito fue clave para la gente que entró
ese año. Porque así como muchos nos quedamos, otros se fueron.
Luego
de “Periplo Nocturno” seguí con otro proyecto en la Radio. Dejé de trabajar con
los cabros, pero llegaron otros cabros, un equipo nuevo, una dinámica de
trabajo nueva y una forma de hacer radio distinta. Luego vino mi salida de RP,
pero no del hacer radio.
Radio
Placeres para mí ha sido una escuela, una experiencia enriquecedora en lo
técnico y en lo humano, del cual me siento muy agradecido.
Octubre
2015
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